domingo, junio 30, 2013

Hacer algo productivo...

Hace mucho tiempo que vi este vídeo y siempre ha estado en mi memoria. Lo tengo en los borradores del blog desde hace más de un año. Hoy por fin aquí está ¿Alguna vez has sentido que vas por la vida con la lengua fuera y un poco sin-sentido? Te propongo que lo veas y luego sigas leyendo.
Desde que lo vi no dejo de pensar en que la mayoría de las veces nos aferramos a creencias que no nos hacen bien ¿Cuántas veces has pensado que ese trabajo, así como lo haces, no es lo que quieres? o Tú que sabes que esa pasión no te hace feliz ¿por qué sigues insistiendo en esa relación que te atropella? Quizás sea una pasión que te hizo bien en un primer momento, pero y ¿si resulta que ahora no te deja hacer nada más? 
No sé porqué tantas personas hemos llegado casi al borde de un abismo por no haber parado a tiempo para reflexionar. En algunos casos bastaría con responder con sinceridad a la pregunta ¿a dónde voy? y acto seguido ¿es allí dónde quiero ir?
Como se ve en el vídeo siento que cada día me cruzo con personas que siguen obsesionadas por continuar haciendo cosas que los consumen, que les obligan a aumentar su ritmo de trabajo y a disminuir su calidad de vida.Que van por la vida corriendo con la lengua fuera pero no saben ni a dónde ni para qué. Que hacen que físicamente su cuerpo se desmejore ¿será que también usan partes de su cuerpo, literalmente, para seguir con el “plan”? Algo así como vender su alma al diablo por algo que ni saben si les hará felices ¿Será que estamos obsesionados todos con “hacer algo”? Quizás tenga que ver con “hacer algo productivo”. Pero ¿a costa de qué? De tu cabello (como la mujer del vídeo), de tu hígado, de las horas que no pasas con tus seres queridos, de los paseos que no das a solas. . .seguro que se te ocurren más cosas…
Tener que ver el abismo de cerca para reflexionar no es sano pero lo hacemos muchos ¿será la única forma de aprender de verdad a conducir nuestra vida? Yo no lo creo y busco cada día la respuesta  a las preguntas para saber si estoy dónde quiero estar. 
Hay una frase que tambien guardaba y que reza:
“Un hombre debe tener
por lo menos dos vicios,
uno solo es demasiado”
Berthold Brecht

viernes, junio 28, 2013

¿Eres feliz o infeliz?

No te adelantes a contestar esta pregunta, mejor responderla después de leer el post que traigo hoy.
Al finalizar mi jornada diaria de trabajo en la Industria y luego en mi casa, me acuesto a ver la tele en mi cama, esto lo hago muy a menudo, al igual que mis hijitas, y me puso a pensar y a reflexionar sobre este particular. Buscando información al respecto, encontré que las actividades que realizamos en nuestro tiempo libre pueden ser un indicador de nuestro nivel de felicidad o desdicha, según un nuevo estudio realizado por sociólogos de la Universidad de Maryland. Analizando datos recopilados a lo largo de los últimos 30 años, los investigadores han llegado a la conclusión de que las personas que no son felices pasan más tiempo viendo la televisión, mientras que las personas que se describen a sí mismas como felices dedican más tiempo a leer y a socializarse. Los detalles se publican en la revista Social Indicators Research.

 Según el sociólogo John P. Robinson, coautor del trabajo y pionero en los estudios sobre el uso del tiempo, ver la televisión es una actividad pasiva que suele actuar como vía de escape. ¡Los datos sugieren que el hábito de ver la televisión puede ofrecer un placer inmediato a expensas de sufrir malestar a largo plazo!, dice el investigador, y añade que es una actividad cómoda y barata que no requiere compañía ni esfuerzo. Por el contrario, leer libros, prensa o revistas y relacionarnos con los demás nos produce satisfacción a largo plazo.
En concreto, los datos revelan que
la gente infeliz consume un 20% más de televisión que la gente feliz, independientemente del nivel educativo, ingresos, edad y estado civil. Robinson advierte que estas cifras aumentarán significativamente, si la economía a nivel mundial sigue empeorando en los próximos meses.
Bueno, yo no sabré mucho sobre estos temas, pero en mi caso personal, además de ver la tele, leo y me comunico a diario con mucha gente, será entonces que tendré que medir el tiempo que dedico a cada actividad para saber ciertamente mi grado de felicidad?. En todo caso, sugiero visitar este post (Aqui), el cual nos describe algunas características para sabernos bien parados con respecto a este tema tan discutido y parafraseado.

“La felicidad no es un premio, sino una consecuencia
El sufrimiento no es un castigo, sino un resultado
Bobby McFerrin - Don't Worry Be Happy
Sigamos el consejo y seamos FELICES, no importan los problemas, la tristeza no los cambiara, nuestra ACTITUD si!
Feliz fin de semana! 

jueves, junio 27, 2013

Ni remota idea...

"Admitir la ignorancia es exhibir la sabiduría"
  Ashley Montagu

Seamos humildes y proclamemos que no tenemos la más remota idea de casi nada. Desde el comienzo de los tiempos el hombre ha estado tratando de dar un sentido a sí mismo y a su mundo. Buscando la luz comprensión en mitad del profundo y oscuro abismo de todo cuanto desconocemos.

 

Con todas las grandes mentes y pensamientos que nos han precedido, con todas las lecciones que nos ha dejado la historia, es difícil imaginar por qué nos estamos haciendo las mismas preguntas en la búsqueda de un significado a nuestra existencia. De hecho, los griegos ya se planteaban lo mismo hace 2600 años.

¿No tenemos suficiente información disponible aún? ¡Pero si vivimos en un mundo inundado de información! ¿Y qué estamos haciendo con toda esa información? ¿Estamos viviendo vidas más felices? ¿Estamos experimentando un menor número de problemas? ¿Son mejores nuestras decisiones? ¿Somos más sabios? La historia nos dice que no hemos aprendido mucho...


T.S. Eliot, plantea la pregunta: "¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento? ¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido, supliéndolo por información?" Necesitamos pensar mejor.

Hoy en día, la sabiduría se ha convertido en indistinguible del conocimiento. Pero son cosas diferentes. El conocimiento no es sabiduría. Existe una gran diferencia. La sabiduría es el uso apropiado del conocimiento.

¿Y cómo alcanzar la sabiduría? Quizá haciendo caso de aquella vieja máxima que decía: "Sabio no es aquel hombre que lo sabe todo y enseña; sabio es aquel hombre que aprende y pone atención."

 

miércoles, junio 26, 2013

♣ Cuando llegue el fin ♣

Ámame sin fronteras o barreras
Te ruego me ames sin límite alguno
Con furia de noche tormentosa
Quitame mis miedos, que no quede ninguno
 ♣
  Ámame con pasión de quien olvida el tiempo
Ámame con tu sonrisa, con tu mirada
Ámame entre nubes de tersa ternura
Ámame con furor e ira desmesurada
    
Ámame en silencio o en bullicio
Ámame entre la mirada de una sombra olvidada
Ámame un poco en la mañana y en la tarde un poco más 
Y por las noches amame mas que en el dia por toda la eternidad 
 
Ámame en el baúl de una memoria forjada
Ámame en el destierro de mi triste corazón
Que regrese la pasión la demencia
Y que vuelvan los tiempos de libre ilusión
 
Ámame como un árbol a la primavera
Esculpe mis sueños con tu dorado cincel
Ámame, por favor, sólo eso te pido
Ámame cuando el color de la luna refleje tu mirada de miel

 ♣

jueves, junio 20, 2013

Cuentame Un Cuento

Soy una fanática del aire nocturno. Al salir de la oficina, suelo apresurarme para llegar a casa lo más rápido posible y mudar mis atavíos laborales por prendas con las que pueda hacer algo de ejercicio al aire libre. Pero no hay que confundirse: más que una atleta, soy apenas una chica que pasa demasiadas horas sentado sobre su propio culo frente a una pantalla de computadora y que por ello mismo busca mantener exiliadas, en la medida de lo posible, las innumerables dolencias que provienen de una vida sedentaria. Por eso sería bueno aclarar que a la hora de correr, por ejemplo, no soy las más rápida, ni la que aguanta más, y mucho menos la que hace los movimientos más gráciles.
Si en una de esas noches resulta que me sorprende la lluvia, disfruto mucho sentir el picoteo del agua en el rostro, el viento húmedo, saltar los charcos en los que se reflejan las luces de los faroles (lo cual me da la posibilidad de creer que estoy en una aventura peligrosa del tipo Indiana Jones), y el olor de la tierra mojada… bueno, creo que no es necesario mencionar la frase común que todos conocemos al respecto. Además, segura que más de uno ya entendió lo que quiero decir.


Y sin embargo, no todo es una costumbre idílica. Cuando voy a correr, cada tanto surgen retos de esos que nos hacen conocer nuestros alcances físicos. De pronto me ha sucedido que algún tipo hace bufidos o movimientos jactanciosos, y entonces, en cuanto me rebasa –es algo que no puedo controlar–,  comienzo a seguirlo a una distancia en la que pueda sentir mi presencia detrás suyo como una sombra desagradable que casi le respira en la nuca. Si es un verdadero atleta, no tardará en dejarme atrás sin ningún problema; pero si es apenas un fanfarrón, aquello se convertirá en una muda corretiza entre dos especímenes oficinescos que tratarán de averiguar quién es más inhábil que el otr@.
Así me sucedió ayer noche. Iba en la tercera vuelta de las ocho que suelo dar en un conocido parque del pueblo, cuando un tipo empezó a retar tácitamente a todos los corredores que pasaban a su lado. Lo que me fastidió en seguida fue la manera burlona en que resoplaba al rebasar a todos aquellos que seguían trabajosamente su rutina con ese aire de mártires que se dirigen al cadalso. A mí me hizo lo mismo, y yo también hice como si no hubiera notado su impertinencia, pero en la última vuelta de mi rutina lo alcancé, aunque me quedé a una distancia de unos cinco metros detrás suyo.


En la recta final de la última vuelta suelo hacer un sprint de unos 150 metros aproximadamente. Así que comencé a acelerar, y él, tal como lo esperaba, lo tomó como un reto. En un principio íbamos parejos, mas en seguida aceleró hasta adelantarme por un par de metros. Lo que él no esperaba es que yo no bajaría el ritmo en ningún momento, con lo que su ventaja disminuyó casi en seguida apenas cruzamos la mitad de la recta. Hacía muchos, muchos años que no corría de esa forma tan desenfrenada, pero me sentía bien, fuerte, incluso hermosa, como una gueparda correteando por la estepa. Entonces él puso su último esfuerzo, aunque en vano: comenzó a dar zancadas descompuestas, sin ritmo, hasta que finalmente se detuvo a boquear como pez fuera del agua, con las manos en las rodillas, ahora sí con bufidos sinceros, sin asomo de fanfarronería. Algo dijo, aunque ya no lo escuché, pues yo seguí a mi paso hasta el final de la recta, a la que arribé con el halo de gloria que suele rodear a los vencedores: el fanfarrón abandonó el reto cuando aún quedaba más de un tercio de la distancia por recorrer. No obstante, cuando aflojé el ritmo y me tocó el turno de jadear como una moribunda, aún con la satisfacción de haberle dado su merecido, desde un lugar remoto de mi pantorrilla derecha comenzaron los primeros temblorcillos de un calambre.
Y aunque me senté unos diez minutos en una banca del parque, el calambre no se fue, sino todo lo contrario: estaba ahí, acechando el menor movimiento que me dispusiera a hacer. No voy a relatar aquí la agonía que significó el regreso a mi casa, ni tampoco el ridículo episodio con el semáforo cuando traté de cruzar una avenida muy transitada; baste con decir que los diez minutos que hago normalmente, se convirtieron en más de media hora de intenso sufrimiento cada vez que daba un paso.
 Nada de eso me importaba en aquel momento. Le había arrancado una victoria (por pírrica que fuera) a este mundo tan plagado de injusticias y eso me tenía satisfecha. Gracias a eso, buenas gentes, aquella noche conseguí dormir el sueño de los justos. Y a final de cuentas, eso es lo único que de verdad importa, ¿o no?


Celtas Cortos - Cuentame Un Cuento

miércoles, junio 12, 2013

Mujeres y chocolate

Arti gana apenas 5,25 dólares al día en una fábrica de exportación de cacao en Makassar, en la región de Silawesi (Indonesia) donde trabaja sin contrato mientras su supervisor le insulta, reprende y le llama "animal". Agnes Gabriel, de 37 años, transporta agua en las plantaciones de cacao de Ayetoro-Ijesa (Nigeria), extrae los granos durante la cosecha, los carga y colabora en el secado por poco más de 3 dólares diarios, menos de la mitad que los hombres que trabajan en la misma finca. Bado, una cultivadora de 50 años de una pequeña localidad al este de Costa de Marfil, no puede acceder a los beneficios de la cooperativa que preside su cuñado "hasta que el lo decida".  
Son sólo algunos ejemplos de la situación de las mujeres que trabajan en la cadena de suministro del cacao de los principales países productores de este fruto. Aunque no son empleadas directas, las grandes multinacionales del chocolate, con ganancias millonarias en un mercado que sigue en auge, se abastecen en su mayor parte gracias a ellas. Investigaciones realizadas a traves de la red sobre el tema revelan la "desigualdad", el "trato injusto" y el "abandono" que padecen estas trabajadoras.
Las mujeres suelen ser el principal objetivo de las campañas publicitarias de estas empresas. Sin embargo, las que trabajan en las plantaciones y plantas de procesamiento de cacao sufren una desigualdad y discriminación considerables. Y mientras las mujeres ocupan, cada vez más, puestos de poder en las sedes de las empresas de alimentación y bebidas; a las que forman parte de las cadenas de suministro de estas empresas en los países en desarrollo se les siguen negando unas mejoras similares en relación a su salud, su situación y sus oportunidades.


Mujeres y chocolate
La verdad es menos dulce

sábado, junio 08, 2013

Le petite mort... (La pequeña muerte)

 
"Cuando el amor llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele... 
Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que… Rompiéndonos nos junta, perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza...
  Pequeña muerte, la llaman; pero grande , muy grande ha de ser, si matándonos nos nace".
Eduardo Galeano

Dicen algunos entendidos, que al llegar al orgasmo, se pierde la consciencia durante unos segundos... Una sensación que los franceses llaman...

Le Petite Mort...

La pequeña muerte era el nombre con el que los franceses describían al orgasmo... Un instante de separación del propio cuerpo, de movimiento y tranquilidad a la vez, de excitación y paz... Orgasmo. Como palabra tiene la raíz en la palabra. trabajo... y tiene el mismo origen que palabras como alergia, energía, órgano... Oculto, mostrado, tabú, secreto íntimo, descubrimiento juvenil, prohibido, el orgasmo tanto masculino como femenino ha estado siempre en el centro de muchas discusiones... Cada religión tenía su opinión, cada cultura decidió ocultarlo o ensalzarlo...

Y dicho todo esto, me pregunto si aún queda alguien que no esté dispuesto a morir...


viernes, junio 07, 2013

Alas sobre el delirio...



 
Hace dos siglos un Titán de Sur América se alzó contra uno de los imperios más grandes de la humanidad. El titán era Simón Bolívar. El imperio era España. El Titán ganó la batalla y así pudo lograr su primer sueño, el poder transformar el mito de David contra Goliat en una realidad objetiva.
Bolívar tuvo muchos sueños. El más grande de todos fue crear un solo país, desde México hasta la Patagonia. Ya en la “Carta de Jamaica”, de 1815, nos legó una pincelada de su atisbo: “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse;….” Su sueño era de tal magnitud que en sueño se quedó, hasta tiempos recientes.

Han pasado dos siglos. Un nuevo Titán apareció en escena. Lo conocen en todos los confines del planeta. Se trata del “mentao” Comandante Chávez, como “el mentao Bolívar” en los tiempos que rompía cadenas por Ayacucho y Carabobo, por Pichincha y Junín; “mentao” con la voz que puede expresar temor o admiración, de acuerdo a quien lo juzga. Y en ese salto histórico, Chávez tuvo un gran acierto, resucitar a Bolívar cuando en América y en su propia Venezuela, apenas se le recordaba. Y al resucitarlo, también resucitó sus sueños.

La verdad es tan grande como el universo. Durante dos siglos recordábamos el sueño de Bolívar, pero nos limitábamos a mencionarlo como si fuese una costumbre. Nos referíamos a él como un ideal, como una quimera, como el más utópico regalo en los brazos de Morfeo. Pero un día surgió la hermosa locura racional de Chávez que comenzó a sacar a Bolívar del exilio de los libros de historia y a sustraerlo de las aulas académicas para devolvérselo al pueblo.

Chávez nos dijo, una y mil veces, que ese sueño grande de Bolívar era posible. Y en cada rincón sembró su semilla. Y la semilla germinó y brotó por todos lados: la Unión de Naciones del Sur (UNASUR), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), entre otras organizaciones importantes. Estos esfuerzos, liderados por Chávez, han logrado la integración económica de más treinta países, con una extensión de 20 millones de kilómetros cuadrados, que será de gran beneficio para más de 500 millones de habitantes. Los sueños de Bolívar ya están encaminados a su materialización y no habrá poder que lo detenga.


Alas sobre el delirio
Grupo Iven 
 Conformado por mis amigos desde la infancia, en mi ciudad natal Merida.

domingo, junio 02, 2013

Que sean niños los niños...

Que sean niños los niños...
Que sean niños, y no clientes de las compañías de celulares, o vendedores de rosas en los bares, o estrellas descartables de la televisión...
Niños, no limpiavidrios en los semáforos, o botín de padres enfrentados o repartidores de estampitas en los subtes...

...Que no sean niños soldados, los niños...
Que sean niños los niños, simplemente...
Que no sean los habitantes de un reformatorio...
Que no sean costureros en talleres ilegales de ningún lugar del mundo.
Que sean niños los niños, y no un target...
Que no sean los que pagan las culpas... Los que reciben los golpes... Los bombardeados por publicidad...
Que sean niños los niños... Todo lo aniñados que quieran... Todo lo infantiles que quieran... Todo lo ingenuos que quieran... Que hagan libremente sus niñerías... Que se dediquen a ser niños y no a otra cosa...

Que no sean los que no juegan, los acosados por las preocupaciones, los tapados de actividades... Que sean niños los niños y se los deje preguntar sin levantar la mano, formar filas torcidas, llevar alguna vez la Bandera no por ser mejor alumno, sino por ser buen compañero...

Que sean niños los niños y no los incentivados con desmesura a consumir todo lo que saca el mercado...
Que sean niños, y no los que aspiran pegamento en una esquina o fuman marihuana en la otra, tan de nadie, tan desprotegidos... Niños, no nombres que tienen que rogar por recibir el apellido paterno o la cuota de alimentos...

Que sean niños los niños... Y que los niños sean lo intocable, que sea la gran coincidencia en cualquier discusión ideológica; que por ellos se desvelen los economistas de todas las corrientes, los dirigentes de todos los partidos, los periodistas de todos los medios, los vecinos de todas las cuadras, los asistentes sociales de todas las municipalidades, los maestros de todas las escuelas...

Que sean niños los niños... Que sean niños, no "el repetidor" o "el conflictivo" o "el que nunca trae los deberes"... Niños, y no los que empujan el carro con cartones...

Que sean niños los niños, simplemente... Que ejerzan en paz el oficio de recién llegados... Que se los llame a trabajar con la imaginación o con lápices de colores... Que se los deje ser niños, todo lo niños que quieran... Y que los niños sean lo importante, que por ellos lleguen a un acuerdo los que nunca se ponen de acuerdo; que por ellos se dirijan la palabra los que no se hablan, que por ellos hagan algo los que nunca hicieron nada...

Que sean niños los niños y que no dejen de joder con la pelota...
Que sean niños en su día... Que lo sean todos los días del año...
Que sean felices los niños, por ser niños... Inocentes de todo lo heredado...
Mex Urtizberea

"LOS NIÑOS de SIRIA

Preciosa canción dedicada a los niños de Siria