sábado, mayo 05, 2012

Haciamos el amor....

El y yo hacíamos el amor diariamente.
En otras palabras,
los lunes, los martes, los miércoles
hacíamos el amor invariablemente...
Los jueves, los viernes y los sábados,
hacíamos el amor igualmente...
Por último los domingos
hacíamos el amor religiosamente.
Hacíamos el amor compulsivamente.
Lo hacíamos deliberadamente.
Lo hacíamos espontáneamente.
Hacíamos el amor por compatibilidad de caracteres,
por favor, por supuesto, por teléfono,
de primera intención y en última instancia,
por no dejar y por si acaso,
como primera medida y como último recurso.
Hicimos el amor por ósmosis y por simbiósis:
Y a eso le llamábamos hacer el amor científicamente.
Pero también hicimos el amor yo a el y el a mí:
es decir, recíprocamente.
Y cuando yo me quedaba a la mitad de una lágrima
entonces hacíamos el amor lastimosamente.
Lo cual no tiene nada que ver con las veces en que el se
imaginaba que no iba a poder, y no podía,
y yo pensaba que no iba a sentir y no sentía,
o bien estábamos tan cansados y tan preocupados que ninguno
 de los dos alcanzaba el orgasmo.
Decíamos, entonces,
que habíamos hecho el amor aproximadamente.
O bien a el le daba por recordar sus locuras

 y yo por mi parte recordaba lo malo de mi comportamiento
así era como hacíamos el amor nostálgicamente,
viniéndonos mientras nos íbamos tras nuestros pensamientos

Muchas veces hicimos el amor contra natura, 
a favor de natura,
ignorando a natura.
O de noche con la luz encendida,
o de día con los ojos cerrados.
O con el cuerpo limpio y la conciencia sucia.
 

O viceversa. 
 Contentos, felices, dolientes, amargados.
Con remordimientos y sin sentido.
Con sueño y con frío.
 

Y cuando estábamos conscientes de lo absurdo de la vida, 
y de que un día nos verianos y estariamos juntos por siempre
el soñaba con ese día,
yo lloraba por miedo a ese día,
entonces hacíamos el amor inútilmente.
Para envidia de nuestras amigos y enemigos,
hacíamos el amor ilimitadamente, magistralmente,
 legendariamente. 
Para honra de nuestros padres, hacíamos el amor moralmente. 
Para escándalo de la sociedad, hacíamos el amor ilegalmente.
Para alegría de los psiquiatras, hacíamos el amor
sintomáticamente.
Hacíamos el amor físicamente,
de pie y cantando,
de rodillas y rezando,
acostados y soñando.
Y sobre todo,
y por la simple razón
de que yo lo quería así
Y el también,
hacíamos el amor...
voluntariamente.
 


Gaby Moreno - Cucurrucucu Paloma


2 comentarios:

  1. Este poema que conocí en la voz de Gian Franco Pagliaro me parece hermoso e intenso; leerlo invita a la reflexión pero, también, a hacer el amor, ese acto sublime en el que dos seres desnudan su cuerpo y su alma y se funde en una comunión intensa, bella y trascendente hasta lograr abrir las puertas del paraíso, entrar y conquistarlo. Hacer el amor es un acto de libertad y de acercamiento al asombro.
    Recibe un beso

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  2. Hola Gustavo!!! Yo conozco ese poema, pero de Fernando del Paso...de su libro Palinuro de México, te dejo el enlace del video:

    http://www.youtube.com/watch?v=syb83RBN2H0&feature=related

    Por otro lado, en cuanto lei el poema, recorde a un amor que tuve y perdi...ese amor me marco de por vida por muchisimas razones...porque era un amor de alegria, de celebracion, de vida, de erudición, de erotismo desenfrenado...pero lo perdi por mentirle...

    Adapte el poema a mi realidad...

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La herida causada por una lanza se puede curar, pero la causada por la lengua es incurable....

Proverbio árabe.