Giuseppe Francesco Verdi (La Roncole, Busseto, 10 de octubre de 1813 – Milán, 27 de enero de 1901)
fue uno de los compositores románticos de ópera más aclamados del siglo XIX.
Verdi creó su obra “Falestaff” con ochenta años, después de un esfuerzo descomunal por la poca energía que le dejaban tantos años a cuestas y siendo ya una celebridad que no tenía que demostrar a nadie su genio, suficientemente evidenciado en las memorables obras que formaban parte de su bagaje como compositor: Rigoletto, La Traviata, Il Trovatore y las obras maestras de su madurez como Aida, Don Carlo u Otello.
Ante la pregunta de un curioso sobre el por qué estando en el cenit de su carrera, y ya tan anciano, se había sometido a esa exigencia tan grande, el maestro contestó: “Toda mi vida he sido músico. He buscado la perfección y la perfección me ha esquivado constantemente. Aun así, siempre he pensado que debía de hacer un nuevo intento.”
Es preciso no dejar nunca de esforzarse, no jubilar nuestra mente ni nuestro espíritu, mantener la inteligencia atenta y abierta a nuevos saberes. Nunca es tarde para ser un genio, ni para dejar de serlo.
No conocía esta anécdota de Verdi aunque sí muchas de sus óperas y me encanta, India.
ResponderEliminarGracias por pasar por mi orilla.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Excelente reflexión India Rebelde, son muchos los ejemplos de trabajadores del arte y de la ciencia que han muerto creando, sin importar dolencias o incapacidades. Gran exhortación sobre todo para tantos jóvenes que ya han decidido no pensar, no crear, no criticar o que estas cualidades espirituales les incomoda o les molesta.
ResponderEliminarEmocionante interpretación de Yuki Kanda!!!
Abrazos India Rebelde!!!
Yo no jubilo la mente compañera, ya que es la clave para mantenerlos lúcidos y entretenidos. Y si es la jubilación física, todavía me queda una "jartá" que dicen los andaluces.
ResponderEliminarBesos India Rebelde.