"Somos lo que pensamos.
Todo lo que somos surge con nuestros pensamientos.
Con ellos creamos el mundo"
Buda.
Tanto si nos
damos cuenta como si no, todos estamos creando el mundo soñándolo. En lo
que estamos metidos no es en el acto de soñar con el que tan
familiarizados nos encontramos, sino más bien en un tipo de ensoñación
que hacemos con los ojos abiertos. Cuando no somos conscientes de que
compartimos el poder de cocrear la realidad con el propio universo, ese
poder se nos escapa y hace que nuestro sueño se convierta en una
pesadilla. Entonces empezamos a sentir que somos las víctimas de una
desconocida y espantosa creación que somos incapaces de influenciar, y
los sucesos parecen controlarnos y atraparnos.
El único modo de acabar con esa terrible realidad es despertar al hecho de que eso también es un sueño… y entonces reconocer nuestra capacidad de escribir una historia mejor, una en la que el universo trabajará con nosotros para manifestarla.
La naturaleza del cosmos es tal que sea cual sea la visión que tengas de ti mismo el mundo, la hará realidad. Tan pronto como despiertes el poder que tienes, empezarás a ejercitar los músculos de tu coraje. Entonces podrás soñar con valentía: desprendiéndote de tus creencias restrictivas y superando tus miedos. Podrás comenzar a confrontar un sueño verdaderamente original que germinará en tu alma y dará frutos en tu vida.
El sueño valiente te permite crear, desde el origen, la sopa cuántica del universo, donde todo existe en un estado latente o potencial. Los físicos entienden que en el mundo cuántico nada es «real» hasta que es observado. Los definidos paquetes de energía conocidos como «cuantos» (compuestos de partículas de materia y de luz) no están ni «aquí» ni «allí»; en cierto sentido, están en todas partes del espacio/tiempo hasta que tú o yo decidimos prestarles atención. Cuando lo hacemos, los sacamos de la red de infinitas posibilidades y los hacemos precipitar en un suceso en el tiempo y el espacio. A esos cuantos de energía les
gusta conectarse los unos a los otros una vez han seleccionado una forma particular de manifestación. En cuanto se manifiestan, la realidad se vuelve fija: nuestra realidad está «aquí» en lugar de, posiblemente, en cualquier otro sitio. Pero los sucesos cuánticos no tienen lugar sólo en el laboratorio. También ocurren dentro de nuestro cerebro, en esta página y en cualquier sitio a nuestro alrededor. Incluso si están separados por millones de kilómetros, o por días o semanas, esos cuantos de energía permanecen estrechamente conectados; por consiguiente, si interactúas con uno, afectas al sistema entero del que esa energía es parte. Cuando accedes a cualquier parte del sueño, la gran matriz de la creación, puedes cambiar la realidad y alterar todo el sueño, y sus efectos se expandirán hacia el pasado e influirán en el futuro.
Alberto Villoldo.
Del libro: "Soñar con valentìa"
El único modo de acabar con esa terrible realidad es despertar al hecho de que eso también es un sueño… y entonces reconocer nuestra capacidad de escribir una historia mejor, una en la que el universo trabajará con nosotros para manifestarla.
La naturaleza del cosmos es tal que sea cual sea la visión que tengas de ti mismo el mundo, la hará realidad. Tan pronto como despiertes el poder que tienes, empezarás a ejercitar los músculos de tu coraje. Entonces podrás soñar con valentía: desprendiéndote de tus creencias restrictivas y superando tus miedos. Podrás comenzar a confrontar un sueño verdaderamente original que germinará en tu alma y dará frutos en tu vida.
El sueño valiente te permite crear, desde el origen, la sopa cuántica del universo, donde todo existe en un estado latente o potencial. Los físicos entienden que en el mundo cuántico nada es «real» hasta que es observado. Los definidos paquetes de energía conocidos como «cuantos» (compuestos de partículas de materia y de luz) no están ni «aquí» ni «allí»; en cierto sentido, están en todas partes del espacio/tiempo hasta que tú o yo decidimos prestarles atención. Cuando lo hacemos, los sacamos de la red de infinitas posibilidades y los hacemos precipitar en un suceso en el tiempo y el espacio. A esos cuantos de energía les
gusta conectarse los unos a los otros una vez han seleccionado una forma particular de manifestación. En cuanto se manifiestan, la realidad se vuelve fija: nuestra realidad está «aquí» en lugar de, posiblemente, en cualquier otro sitio. Pero los sucesos cuánticos no tienen lugar sólo en el laboratorio. También ocurren dentro de nuestro cerebro, en esta página y en cualquier sitio a nuestro alrededor. Incluso si están separados por millones de kilómetros, o por días o semanas, esos cuantos de energía permanecen estrechamente conectados; por consiguiente, si interactúas con uno, afectas al sistema entero del que esa energía es parte. Cuando accedes a cualquier parte del sueño, la gran matriz de la creación, puedes cambiar la realidad y alterar todo el sueño, y sus efectos se expandirán hacia el pasado e influirán en el futuro.
Alberto Villoldo.
Del libro: "Soñar con valentìa"
India, lindísima entrada
ResponderEliminarMi blog te espera, muchos besos.
Feliz noche
Es alentador y bueno saberlo, tengo un sueño recurrente con Angelina Jolie.
ResponderEliminarBesos India Rebelde!!!
Paso a saludarte, India.
ResponderEliminarInteresante texto, sin duda.
Un abrazo grandote de Mos.
Me encanta soñar yluego seguir escribiendo sueños, y plasmarme en esa nebulosa.
ResponderEliminarY volar, volar...
;-)
Besos.
Aunque si a mí hubiese que seguirme según lo que pienso creo que a cada instante mis certezas serían pesadillas y viceversa para muchos.