martes, marzo 06, 2012

Codicia


"¡La codicia humana! No podemos dejar de desear, y ello nos magnifica y nos mata. ¡El deseo! Nos empuja y nos crucifica, llevándonos cada día al campo de batalla donde, la víspera, fuimos derrotados, pero que, al alba, de nuevo se nos antoja terreno de conquistas; nos hace construir, aunque hayamos de morir mañana, imperios abocados a convertirse en polvo, como si el conocimiento que de su caída próxima tenemos no alterara en nada la sed de edificarlos ahora; nos insufla el recurso de seguir queriendo lo que no podemos poseer y al llegar la aurora, nos arroga sobre la hierba cubierta de cadáveres, proporcionándonos hasta la hora de nuestra muerte, proyectos al instante cumplidos, y que al instante se renuevan.
Pero es tan extenuante desear sin tregua... 
Pronto aspiramos a un placer sin búsqueda, soñamos con un estado feliz que no tendría comienzo ni final y en el que la belleza no sería fin ni proyecto, sino que devendría la evidencia misma de nuestra naturaleza. Pues bien, ese estado es el Arte. Porque conviene a nuestro placer sin entrar en ninguno de nuestros planes, porque se nos da sin el esfuerzo de que la deseamos, un placer sin deseo, una existencia sin duración, una belleza sin voluntad.
Pues el Arte es la emoción sin el deseo."
¿Somos acaso civilizaciones tan carcomidas por el vació, que solo vivimos en la angustia de la carencia? 

La elegancia del erizo -

2 comentarios:

  1. Curiosamente me puso una amiga el video hace poco y suenan genial. Un beso desde Murcia.

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La herida causada por una lanza se puede curar, pero la causada por la lengua es incurable....

Proverbio árabe.