Nasrudín conversaba con sus amigos en la casa de té y les contaba
como había emprendido un largo viaje para encontrar a la mujer perfecta
con quién casarse. Les decía:
- Viajé a Bagdad, después de un tiempo encontré a una mujer formidable, atenta, inteligente, culta de una gran personalidad.
Dijeron sus amigos:
- ¿Por qué no te casaste con ella?
- No era completa, -respondió Nasrudín-, después fui a El Cairo, allí conocí a otra mujer ciertamente fabulosa; hermosa, sensible, delicada, cariñosa.
- ¿Por qué no te casaste con ella?, dijeron los amigos.
- No era completa -respondió nuevamente Nasrudín-, entonces me fui a Samarcanda allí por fin encontré a las mujer de mis sueños; ingeniosa y creativa, hermosa e inteligente, sensible, culta, delicada y espiritual.
- ¿Por qué no te casaste con ella? -insistieron sus amigos.
- Pues saben por qué, ella también buscaba a un hombre perfecto.
Maestro: Al aceptar que eres perfecto, al aceptar que todos somos perfectos tal como somos … ya no habrá necesidad de buscar la perfección lejos.
- Viajé a Bagdad, después de un tiempo encontré a una mujer formidable, atenta, inteligente, culta de una gran personalidad.
Dijeron sus amigos:
- ¿Por qué no te casaste con ella?
- No era completa, -respondió Nasrudín-, después fui a El Cairo, allí conocí a otra mujer ciertamente fabulosa; hermosa, sensible, delicada, cariñosa.
- ¿Por qué no te casaste con ella?, dijeron los amigos.
- No era completa -respondió nuevamente Nasrudín-, entonces me fui a Samarcanda allí por fin encontré a las mujer de mis sueños; ingeniosa y creativa, hermosa e inteligente, sensible, culta, delicada y espiritual.
- ¿Por qué no te casaste con ella? -insistieron sus amigos.
- Pues saben por qué, ella también buscaba a un hombre perfecto.
Maestro: Al aceptar que eres perfecto, al aceptar que todos somos perfectos tal como somos … ya no habrá necesidad de buscar la perfección lejos.
Si quieres despertar a toda la humanidad, despiértate a ti mism@.
Si quieres eliminar el sufrimiento del mundo,
elimina todo lo que es oscuro en ti mism@.
En verdad, el mayor don que tienes para ofrecer,
es el de tu propia transformación.
Lao Tse
Hasta que no se tenga consciencia de si mismo no se tendrá consciencia del otro y de lo otro.
ResponderEliminarLa mayoría de los conflictos nacen del desconocimiento de esta simple enseñanza que hoy nos dejas.
La aceptación de si mismo codependiente de un criterio externo siempre producirá seres desvalidos mendigando pizcas de aprobación de los demás.
Quien se reconoce a sí mismo ya no pedirá, todo lo contrario siempre dará a manos llenas.
Besos India Rebelde!!!
Excelente reflexion amigo Aristos, sin duda alguna, buen complemento para la entrada...
EliminarBesos caribeños!
Mi mujer perfecta es la que me hace pensar, la que me inspira, la que aclara mis días grises, la que llora conmigo y se hace ternura conmigo en un acto de amor vital...esa es la mujer que amo!
ResponderEliminarTe dejo un beso mi querida India Rebelde.
No hay mejor regalo en la vida que una buena pareja... Si todo lo que expresas en el comentario lo estas viviendo, disfrutala al maximo!!!
EliminarBesos poeta querido!
No existe ni la mujer perfecta ni el nombre perfecto. Lo ideal es buscar el equilibrio en la pareja, y por supuesto para que los demás te entiendan y comprendan hay que empezar por conocerse así mismo, cosa que muchos no hacen aunque viviesen tres vidas. Bueno cuerpos perfectos o casi perfectos en las mujeres si que los hay, cosa que en los hombres me parece que es más difícil encontrar. Mi mujer dice y creo que está en lo cierto, que hay muchas mujeres bien plantás y de muy buen ver, pero en cuanto a cuerpos, los tíos son muy pocos los que destacan y aprovechan.
ResponderEliminarBesos compañera India Rebelde.
Aprender a conocerse/nos es lo que nos ofrece desde que nacemos, la vida. Y en ese aprendizaje, morimos.
ResponderEliminarBesos, Rebelde.
Nunca dejaremos de aprender... todos los dias algo nuevo se aprende... claro, si estamos abiert@s para ello...
EliminarRazon tienes en tus palabras mi estimada...
Besos