"La confianza en sí mismo es el requisito para las grandes conquistas"

Hoy enlazo la frase de cabeza con esta otra de Marie Curie: “La vida no es fácil, para ninguno de nosotros. Pero... ¡Qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo. Hay que sentirse dotado para realizar alguna cosa y que esa cosa haya que alcanzarla, cueste lo que cueste”.
Sí, claro. Hoy se trata de la confianza. Esa cualidad sin la cual todo se hace cuesta arriba, hasta el punto de hacer que nos sintamos perdidos e incapaces de movilizarnos hacia ninguno de nuestros objetivos.
Bien es cierto, que con confianza el nivel de dificultad de
las cosas que nos proponemos no disminuye, pero también lo es que con ella incrementamos la
fe en poder alcanzarlas, lo que, más o menos, viene a significar lo mismo.
Y sí, obviamente, es crucial tener el respaldo ajeno, pero más importante es poseer la formula que haga crecer y desarrollar por nuestros medios la confianza propia. No siempre dispondremos de quien esté dispuesto a apostar por nosotros, pero siempre se puede contar con uno mismo.
Hay una historia, recientemente acaparó mucho espacio en los medios de comunicación, que me fascina. Trata, aparentemente, de la concesión del Premio Nobel de Medicina y Fisiología a Sir John Gurdon, compartido con el científico japonés Shinya Yamanaka, por un trabajo pionero sobre la clonación.
Haciendo un poco de historia, Sir John Gurdon, de 79 años, biólogo de la Universidad de Cambridge, fue el primero en clonar un animal de una sola célula, prendiendo, al hacerlo, una chispa lenta en el desarrollo de la tecnología de células madre, capaz de revolucionar la medicina en el siglo XXI.
Y sí, obviamente, es crucial tener el respaldo ajeno, pero más importante es poseer la formula que haga crecer y desarrollar por nuestros medios la confianza propia. No siempre dispondremos de quien esté dispuesto a apostar por nosotros, pero siempre se puede contar con uno mismo.
Hay una historia, recientemente acaparó mucho espacio en los medios de comunicación, que me fascina. Trata, aparentemente, de la concesión del Premio Nobel de Medicina y Fisiología a Sir John Gurdon, compartido con el científico japonés Shinya Yamanaka, por un trabajo pionero sobre la clonación.
Haciendo un poco de historia, Sir John Gurdon, de 79 años, biólogo de la Universidad de Cambridge, fue el primero en clonar un animal de una sola célula, prendiendo, al hacerlo, una chispa lenta en el desarrollo de la tecnología de células madre, capaz de revolucionar la medicina en el siglo XXI.

Ya hemos comprobado lo bien que le fue al 'vago' de Gurdon años más tarde, por "hacer el trabajo a su manera". De hecho, fue tan importante en su vida aquel informe que lo condenaba para siempre a la mediocridad, que aún lo tiene colgado en su oficina de Cambridge y fue lo primero que mencionó en la rueda de prensa tras enterarse de que le habían dado el Nobel. "Así también es la ciencia -dijo-, los experimentos fallidos son los que conducen al acierto".
Si Gurdon hubiera creído la profecía de aquel maestro, probablemente se hubiera dedicado a algo vitalmente más asequible. Pero no. No hay que dar crédito a las voces que nos denigran, nos deshinchan o nos recortan las alas. Ya somos mayorcitos para saber hasta dónde podemos llegar, sin necesidad de que nadie nos anticipe fracasos. El mejor consejo que podría darte es que apostaras siempre por ti, ya que jamás perderías esa apuesta. Y si crees no tener razones para apostar por ti, búscalas, nútrete de valor, persigue la confianza haciendo cosas cada vez más grandes; estudia, progresa, construye y no te quedes jamás parado ante la percepción -falible- de otro ser humano.

En honor a esta hermosa mujer, ya fallecida..